El hotel parece por fuera muy bonito y moderno, en pleno Palermo lleno de lugares alrededor para comer o disfrutar. La recepción muy bien, la atención al llegar muy bien. Pero entrar a la habitación fue un cambio radical. Pareciera que todo está sobre puesto. Como si fuera una construcción viejísima que le sobre pudieron puertas, canceles o muebles pero sin empotrarlos bien. Abres la puerta y casi se te cae encima, la cama igual, una escalerita de madera para pasar de la puerta del cuarto a la cama, el baño abajo. En la regadera no cabíamos, sin exagerar mide como 55 o 60cms por lado, totalmente insuficiente. Estuvo tétrico pasar la noche ahí.